Una noche que hizo historia en Yucatán: Corona Capital Sessions Mérida
El pasado 8 de noviembre, Mérida vivió una de las noches más memorables de su historia musical con la llegada del Corona Capital Sessions, el formato itinerante del reconocido festival que por primera vez pisó tierras yucatecas. El Estadio Carlos Iturralde Rivero se convirtió en el epicentro de una ola de emoción, reuniendo a miles de fanáticos del rock alternativo y el indie que esperaban ansiosos a Keane, Phoenix y QENDRESA.
Desde tempranas horas, el ambiente ya era una celebración. Playeras de bandas, carteles hechos a mano y una energía vibrante llenaron los alrededores del estadio. Los yucatecos demostraron que el amor por la música trasciende distancias y climas. No importó el calor ni las horas de espera, el entusiasmo fue absoluto. Cada grupo fue recibido con euforia, pero la presentación de Keane. Con clásicos como Somewhere Only We Know y Everybody’s Changing, fue un momento catártico que unió a miles de voces en un solo coro.
Nuevas propuestas
Más allá del espectáculo, el Corona Capital Sessions representó un paso trascendental para la escena cultural de Yucatán. La respuesta del público y la impecable organización confirmaron que Mérida está lista para albergar eventos de gran formato y atraer a artistas internacionales. Productoras y medios nacionales han señalado que este éxito podría abrir la puerta para el sureste mexicano. Y que sea considerado de manera permanente dentro del circuito de festivales más importantes del país.
El fanatismo yucateco jugó un papel decisivo. El público no solo asistió, sino que vivió intensamente cada momento, demostrando que Yucatán tiene un público fiel, apasionado. Uno capaz de llenar cualquier recinto. Para muchos asistentes, este evento fue más que un concierto: fue la oportunidad de ser parte de un sueño largamente esperado. Una muestra de que el talento y la cultura también tienen espacio en el sur. La noche del Corona Capital Sessions en Mérida no solo trajo música, sino esperanza y proyección. Lo ocurrido en el Carlos Iturralde dejó claro que Yucatán está listo para recibir eventos de talla internacional. Y que el alma musical de sus habitantes es el mejor motor para seguir atrayendo experiencias que conecten arte. Emoción y comunidad.
